Hoy voy a hablar y responder algunas preguntas de diferentes temas que están relacionados directamente con el mundo de la magia y el ilusionismo.
En esta ocasión voy a hablar sobre una rama muy concreta del ilusionismo, la cual es muy extensa y suele haber mucha confusión a la hora de denominar y presentar un efecto de magia mental como mentalismo.
Existe una gran diferencia entre lo que podemos llamar magia mental y a lo que se le denomina mentalismo, pero hay que empezar por el principio
¿Qué es el mentalismo?
El mentalismo se basa en hacer creer al público que los poderes que se están manifestando se deben al poder de la mente del que los ejecuta, ya sea que les lee la mente, tiene telekinesis o es capaz de predecir el futuro o hipnotizar entre otras premisas que se pueden experimentar durante un espectáculo de mentalismo. Para este tipo de trucos, muchas veces se utilizan artículos como antifaces de mentalismo.
Básicamente, podríamos decir que la diferencia entre magia y mentalismo es la forma en la que es presentada, de modo que lo mágico pasa en la mente de los espectadores y no se manifiesta normalmente de manera física.

¿Qué es la magia mental?
La magia mental es un concepto bastante más moderno, que se podría denominar, como la mezcla entre magia y mentalismo, o juegos de magia presentados de manera mental o psicológica.
Por ejemplo, un mentalista usando cartas tiene que justificar que son solo una herramienta para demostrar sus poderes mentales, dejando claro que podría haber usado cualquier otro accesorio como un libro, tarjetas con números escritos u otro elemento.
Por lo contrario, un mago mostrando una habilidad o truco mental es perfectamente racional que utilice cartas de magia o monedas para hacer un juego, ya que las usa para sus otras rutinas.
¿Es lo mismo un truco de mentalismo que magia mental?
Un mentalista y un mago haciendo “magia mental” podrían estar haciendo el mismo juego o efecto, pero presentado de maneras distintas.
Para poner un ejemplo, diría que, en una rutina de doblar metales, la cual es vista casi siempre en presentaciones de mentalismo, excepcionalmente con presentaciones sobre telekinesis y poderes psíquicos. Por lo que casi siempre se le considera una rutina de la rama del mentalismo.
Y, en cambio, un mago que está encendiendo una bombilla o quemando un papel con “la mente” se podría considerar magia mental.
Aunque realmente siempre viéndolo desde el punto de vista de la presentación en sí.
Realmente también se pueden (y se hacen) rutinas en las que mentalistas encienden papeles y bombillas con la mente. Y en el caso de la rutina de doblar metales, no se hace normalmente lo contrario, es decir, doblar metales de manera mágica en vez de con la mente.
¿Se puede convertir en una rutina el “doblar tenedores” a un juego de magia?
¡Pues cambiando la presentación!
Se podría cambiar la presentación de manera que, en vez de decir que lo estás doblando con la mente, generas calor con tus manos de forma que los puedes doblar con solo tocarlos con el dedo, o incluso podrías decir que con tu soplido puedes hacer que el metal se derrita y volver a enfriar a tu gusto.
Estas son algunas ideas y ejemplos para que veas que la presentación es crucial a la hora de que la gente sienta lo que tú quieres, que perciban de tu magia, magia mental o mentalismo.
En conclusión, se pueden considerar ramas distintas, ya que lo son, pero en general lo que les diferencia y lo que más importa, es como se presenta.
Espero que te haya servido o al menos haber resuelto alguna duda o inquietud que pudieras tener en la mente. Si tienes más interés en aprender sobre el mentalismo, puedes leer el libro de 13 escalones del mentalismo.